| Premio de Novela Plaza Mayor 2006 | La experiencia y la fe La experiencia de tres años nos convoca. Tres años en el intento de unir caminos; o más preciso, de tender puentes entre los múltiples caminos por los cuales hoy transita la Cultura Cubana en esos sitios del universo donde cada uno de nosotros habita su isla.
Quienes apostamos aquel 2002 por la realización de este Premio, entre cubanos y sólo para cubanos, hoy nos congratulamos. Quienes no apostaron por él, tuvieran o no derecho y razón en sus dudas, hoy deberán reconocer que las novelas Cundo Macao, del fallecido Gregorio Ortega (uno de los más reconocidos y publicados autores cubanos) y Sombras, de Lorenzo Lunar (a quien la crítica internacional considera "una de las voces esenciales del neopolicial latinoamericano") pudieron haber obtenido el máximo galardón en cualesquiera de los concursos convocados en la isla o fuera de ella, para no hablar de las buenas obras de los muy destacados narradores que han resultado entre los cinco finalistas, en ambas convocatorias, a saber: Oneyda González, Miguel Terry Valdespino, la muy joven Agnieska Hernández y el veterano F. Mond, en la primera edición; y el muy premiado en Europa Antonio Álvarez Gil, el reconocido Alberto Garrido, el joven narrador y poeta Osmany Oduardo, y el desconocido Alexis Romay, en la segunda edición. Imposible, cada año, cuando empiezan a llegar las obras, resulta no pensar en el inolvidable Guillermo Vidal, uno de los artífices de este Premio, quien en Guadalajara, sentados en una mesa del hotel donde se alojaban los escritores invitados por Plaza Mayor, dijo ante la sana preocupación de alguien: "Nadie debería molestarse. Ojalá se inventarán cien premios más como este, para ver si los escritores dejamos de ser los mendigos de la Cultura". Por eso, cuando en fecha reciente conocimos el lanzamiento de la convocatoria del Premio de Narrativa Guillermo Vidal, convocado por la UNEAC y otras instituciones en Cuba, supimos que desde ese lugar del cielo donde está, "el Guille" anda ajustando tuercas para que aquel pronóstico suyo se cumpla. Felicitamos, entonces, a los organizadores de ese justo y merecido Premio que homenajea a un ser tan especial en nuestra historia literaria. Pero, triste es decirlo, no todo brilla en el paraíso. Si en la primera y segunda convocatorias de este Premio se presentaron 69 y 81 novelas, respectivamente, en esta tercera edición recibimos 39 obras. ¿Las causas? Nadie podría precisarlas. Pensamos que tal descenso de participación pueda deberse a los lamentables desencuentros entre nuestra editorial y los organizadores de la Feria Internacional del Libro La Habana 2005, y al estado de opinión creado en la isla respecto a la Colección Cultura Cubana, a partir de esos desencuentros, de la no asistencia de Plaza Mayor a dicha Feria, y de la entrevista concedida a la revista electrónica La Jiribilla por María Mederos, Presidenta de la Cámara Cubana del Libro; entrevista que, por cierto, motivó una respuesta aclaratoria por parte de nuestra editorial que todavía no ha sido publicada en ese órgano de prensa cultural. Como defensores del diálogo respetuoso y plural, del abrazo entre cubanos y de la pluralidad del pensamiento social, cultural y político, nos anima la fe. Una inmensa fe. Estamos convencidos de que, bajo ese culto por el diálogo, sabremos limar las asperezas que eviten nuevos desencuentros. Y estamos seguros de que este año el Premio de Novela Plaza Mayor descubrirá una nueva obra de calidad para el ya riquísimo discurso de la actual narrativa cubana, esa que se escribe, día a día, en los ámbitos isleños de nuestra patria, o en esos otros parajes donde muchos cubanos la reinventan, suya, inalterable, fresca y rica como un manantial, para saberla más cerca.
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Presentan novela ganadora del Premio Plaza Mayor en la Semana Negra de Gijón
La novela Polvo en el viento, del escritor cubano Lorenzo Lunar, que obtuvo el Premio Plaza Mayor 2005, es presentada el 12 de julio durante la celebración de la tradicional Semana Negra de Gijón, en España, con la presencia de su autor. El escritor Justo Vasco tiene a su cargo la presentación, junto con La neblina del ayer, del también autor cubano Leonardo Padura, cuya obra está representada en la Editorial Plaza Mayor con los libros La cultura y la revolución cubana. Conversaciones en La Habana, El viaje más largo y Variaciones en negro: relatos policiales iberoamericanos.
Lorenzo Lunar ha recibido también los premios de la crítica NOVELPOL y Brigada 21, por su novela Que en vez de infierno te encuentres gloria, así como la Primera Mención del Premio Hammett en el año 2003, concedido a la mejor novela negra publicada en lengua española. Lunar conducirá el Taller Literario para jóvenes en el marco de este evento y tomará parte en la tertulia "¿Y por qué demonios nos tenemos que reunir en Europa?", con la presencia de una docena de escritores latinoamericanos.
Polvo en el viento, novela atrevida en sus temas y en la manera en que los aborda, recorre los caminos de la marginalidad en una ciudad cubana y el choque trágico de una generación con su época, marcada por un ambiente cotidiano tenso y arduo. Sus personajes, enfrentados a conductas déspotas y oficialistas, convierten la derrota de sus vidas en un canto a la individualidad. |
| | Mundo literario | Acontecimientos literarios trascendentes ocurridos en el mundo durante el mes de Junio:
1 de junio: -Premian en Madrid el primer concurso de microrrelatos escritos a través del teléfono móvil. -El escritor español Juan Manuel de Prada inaugura la Feria del Libro de Mérida.
2 de junio: -Comienza en Barcelona la primera edición del Simposio Internacional de Escritores y Periodistas para la Ecología, Ecoliteratura, que analiza la relación del periodismo y la literatura con la naturaleza.
3 de junio: -Dan a conocer en Cuba los premios del concurso nacional de literatura erótica "La llama doble": el cuento "El regreso a la casa amarilla", de Lourdes González, y el poema "Betsabé sobre la yerba", de Carlos Esquivel.
-El novelista albanés Ismail Kadaré gana la primera edición del premio Man Booker Internacional. Kadaré recibe el premio como reconocimiento a su carrera literaria. Publicó en 1963 su primera novela, El general del ejército muerto. Es autor de El palacio de los sueños y El nicho de la vergüenza.
4 de junio: -Muere en Cuba el dramaturgo y actor Alberto Pedro Torrente, autor de Week-end en Bahía, Manteca y Delirio habanero, obras reconocidas internacionalmente.
5 de junio: -Clausuran en Guantánamo, Cuba, la Jornada de Literatura y Artes Plásticas realizada en homenaje al escritor cubano Regino Boti, autor de una obra renovadora en la lírica nacional del siglo xx. 7 de junio: -El escritor uruguayo Mario Benedetti es distinguido con el Premio Internacional Menéndez Pelayo, que reconoce su trayectoria literaria, su compromiso humanista y su contribución a los lazos de amistad entre España y Latinoamérica.
8 de junio: -El escritor guipuzcoano Bernardo Atxaga recibe la Pluma de Plata, Premio de la Crítica de la Feria del Libro de Bilbao, por su obra El hijo del acordeonista. 11 de junio: -Rinden homenaje al escritor mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura en 1990, al bautizar con su nombre la biblioteca del Instituto Cervantes de París.
-Muere en París el escritor argentino Juan José Saer, considerado uno de los máximos exponentes de la literatura de su país.
»Sigue [Subir] | | Presentaciones | Mireya Robles (izq.)durante la presentación de su novela en Nueva York, junto a la profesora Elena Martínez. |
| Elena Martínez Memoria y deseo: Una mujer y otras cuatro, de Mireya Robles En Una mujer y otras cuatro (Editorial Plaza Mayor, 2004), la última novela de Mireya Robles, como en Hagiografía de Narcisa la bella (1985), la preocupación por la subjetividad femenina es central. La novela narra la vida de la protagonista-narradora, su infancia en la provincia de Oriente, Cuba, sus años de juventud como estudiante en La Habana, su salida de Cuba, y sus vivencias en los Estados Unidos. A este personaje, como a Narcisa, también lo define su lesbianismo, su creatividad y curiosidad intelectual. La novela tiene dos motivos: la memoria y el deseo. La protagonista-narradora, Mochi, indaga en la memoria para rescatar el deseo. Los versos de Maya Islas que aparecen como epígrafe nos alertan de la importancia de las memorias: "Las memorias nos definen. Ese fluir de la vida en lo que tuvimos y ya no está como presencia, es lo que nos valida." El tema del fluir continuo de una vida se manifiesta en la estructura indefinida e indeterminada que Robles usa para narrar. La novela tiene forma de un prolongado monólogo interior lo cual resulta muy apropiado para narrar una vida. Empieza con un diálogo a media res que subraya la continuidad: "Y vine aquí para hablar de cuando era pequeña..." (p.11) La autora no usa signos de puntuación excepto puntos y comas o dos puntos. Tampoco se separa el discurso en oraciones, ni párrafos, ni capítulos. La elección de este estilo no es casual sino que parece ser una estrategia conciente para enfatizar la circularidad de las vivencias humanas. Precisamente, uno de los aciertos de la novela es romper las distancias entre presente y pasado, así como los límites espaciales, y las fronteras de identidad que separan a los individuos. Si en Hagiografía de Narcisa la bella la exploración de la identidad y la creatividad se centraba en la relación de Narcisa con su familia (Pascual, Flora, sus padres; y Florita-ita y Manengo, sus hermanos), en esta última novela Robles presta atención a las relaciones de la protagonista con sus amantes. Así, el tema del lesbianismo, el cual se presenta casi solapadamente en Hagiografía, se examina abiertamente en Una mujer y otras cuatro. »Sigue |
| Fondo crítico | Mario R. Cancel La literatura puertorriqueña ante el siglo xxi: mito y promesa Introducción a un tema elusivo Primero quisiera agradecer el honor y el placer que representa estar con ustedes esta tarde. Conversar es un modo de exorcizar y conjurar dudas a la vez que se siembran otras con la esperanza de que el debate sobre estos asuntos continúe. No negaré que he pensado reiteradas veces sobre cuál es la importancia de que se me invite a cancelar un Congreso de esta naturaleza. O bien cuál es el sentido que el mismo se ofrezca en Manatí, lejos de los grandes centros culturales que son, a veces, frágiles megalópolis de saberes agonizantes. Otro asunto es el hecho de que se me invite a mí y que entre los ponentes de esta actividad se encuentre el amigo y poeta Alberto Martínez-Márquez a quien me unen tantas cosas. Digo esto porque durante el año 2000, cuando publiqué en complicidad con Alberto El límite volcado: Antología de la Generación de poetas de los ochenta y algunas de las voces más significativas de las izquierdas y las derechas intelectuales condenaron la propuesta con argumentos parecidos, jamás me hubiese imaginado departiendo en un acto como este. ¿Dónde radica la incomodidad de este tipo de situaciones? Una cuestión es que el ponente puede resultar discordante sin que se lo proponga. La otra cuestión va de la mano de la anterior. Se trata de inquirir dónde radica la molestia o, para decirlo de otro modo, por qué estar aquí es un reto. La respuesta me parece evidente: los conferenciantes nunca saben qué habrán dicho aquellos que le antecedieron, dónde quedaron cabos sueltos en las presentaciones de los demás. Siempre se depende de los discursos imaginados de aquellos que te preceden. En Puerto Rico, por suerte, los discursos han sido relativamente previsibles hasta hace poco tiempo. Esos mismos discursos que se rebelaron en las décadas de 1980 y 1990 y demostraron la potencialidad y la plasticidad del discurso puertorriqueño; corren otra vez el peligro de fosilizarse según toda la originalidad de aquellas dos décadas de cambio se va fijando, se estructura y se codifica. »Sigue |
| Abrapalabra |
Mientras se suceden las noticias sobre la expansión de la lengua española en el mundo, su aprendizaje, sus comunidades hablantes y el mercadeo del libro en español, crecen a la par los síntomas de que el uso de nuestra lengua y su representatividad en la galaxia de textos de la cultura escapa a las normas de su carácter correcto.
La creatividad de nuestro idioma, sus choques fecundantes con la realidad y hasta su expresión en las invenciones literarias, no significa que deban desaparecer las convenciones que lo definen, puesto que el sentido de lo correcto implica su finalidad esencial: comunicarnos.
Reproducimos a continuación el "Manifiesto de los correctores de español", un documento que divulga la página web del Castellano, patrocinado por importantes institucione de España, y que reivindica la prolija, ardua y casi siempre anónima profesión del corrector de pruebas, tan secular como necesaria en nuestro tiempo.
Quienes se sensibilicen con el llamado de este documento pueden adherirse a sus planteamientos desde la página web del Castellano. MANIFIESTO DE LOS CORRECTORES DE ESPAÑOL Leyendo y oyendo lo que diariamente se publica o se transmite en los medios, la manera como se expresan nuestros políticos, los textos infames que llegan a manos de los lectores de cualquier edad, los ofensivos carteles y anuncios publicitarios que nos bombardean con errores e impropiedades de toda clase, resulta chocante que no se alcen más voces para reclamar un mayor cuidado del idioma, algún tipo de control de calidad efectivo de la producción oral y escrita en español, ejercido por las instituciones y organismos que deberían velar por la corrección de nuestra lengua.
Quizá la causa de esta indiferencia sea el hecho de que, hoy en día, la lengua culta, la lengua genuina e incluso la lengua apropiada han perdido ya su valor como fuente de prestigio, expresión de elegancia y, desde luego, vehículo de cultura y comunicación. ¿Cómo ha de ser de otro modo si desde altas instancias gubernamentales no se fomenta cosa contraria?
El cuidado del idioma pasa hoy por las manos de particulares: de lingüistas que ponen todo su empeño en promover el conocimiento y el buen uso del español; de profesionales (traductores, escritores, redactores, editores, tipógrafos...) que personalmente se comprometen con la calidad de sus producciones; y, sobre todo, de nosotros, los correctores, un grupo de personas que seguimos perpetuando, contra viento y marea, un oficio secular --hoy marginado y casi olvidado--, conscientes de que en nuestra mano está, en buena medida, que un texto llegue a su destinatario de la forma más legible, eficaz y comprensible posible.
Todo ese trabajo se realiza en muchos casos anónimamente y a duras penas y, en el caso concreto de los correctores, sin reconocimiento ni apoyo académico algunos. Al corrector se le sigue considerando una oscura figura confinada en un taller de cajas o en la habitación más recóndita de una editorial, ignorando con ello no solo el valor de su trabajo, sino sobre todo sus acuciantes necesidades. Hoy en día el corrector --alejado ya de los medios, de la imprenta y de las sedes editoriales-- está condenado a malvivir con trabajos mal remunerados y cada vez más esporádicos. La progresiva falta de interés por el cuidado de los textos lo ha llevado a una situación en la que, para sobrevivir, necesita compaginar su oficio con otras tareas.
Aun así, para desempeñar su profesión se le exigen una formación y una experiencia que hasta no hace mucho podía adquirir trabajando como aprendiz en los talleres de prensa, de imprenta o en las editoriales, pero que hoy no puede alcanzar si no es costeándose maestrías, posgrados y cursillos de lo más dispar y en ocasiones de dudosa calidad. A día de hoy, el corrector no solo apenas tiene trabajo, porque pocos ven la necesidad de corregir, sino que ni siquiera puede formarse de manera reglada ni obtener una titulación oficial que lo acredite como profesional.
Todos los que suscribimos este manifiesto somos correctores o profesionales del idioma español que valoramos y requerimos el apoyo que representa el corrector para la calidad de nuestra labor. Por ello SOLICITAMOS a quienes competa que:
-atiendan por todos los medios al cuidado del idioma y a la corrección de las producciones orales y escritas en español, ejerciendo el control que corresponda,
-y fomenten la creación de titulaciones oficiales de Corrección de Textos en Español que reconozcan la figura profesional del corrector y permitan regular su formación, a imagen de las acreditaciones que desde hace años otorgan para otras lenguas de España los gobiernos autonómicos de Cataluña y la Comunidad Valenciana. Iniciativa de Fundéu
Patrocinio:
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Los escritores jóvenes
"Hay algo que yo aprecio en los escritores jóvenes que leo, que yo creo que determina también el carácter original de mi literatura en sus comienzos.
Es una tensión entre lo que podríamos llamar tradición y espontaneidad, entre cultura y subcultura. La subcultura viene de nuestra vida cotidiana, de nuestra propia experiencia única e intransferible que cada uno tiene en el tiempo que vive, y hay que asumir también toda la cultura universal y poner en tensión estas dos cosas. Lo que yo vivo día a día y esta cultura que he recibido como herencia y que merece ser renovada, revitalizada, intervenida -yo uso una palabra un poco áspera para definir mi intento y también el de mi generación- esta cultura que merece ser bastardeada para recuperar su frescura y su vitalidad. "(Antonio Skármeta, escritor chileno).
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