| Novedades | | Geropsicología José M. Umpierre |
Una guía básica para las personas mayores, para quienes conviven con ellos y para quienes estudian sobre ellos, concebida con la intención de disipar mitos y de ofrecer información sobre los temas que vienen más a propósito con esa edad: salud, personalidad, procesamiento de información, emociones, conducta, sexualidad, bienestar y longevidad, evaluaciones e intervenciones psicológicas. Geropsicología es el primer título de la Colección Guayacán de Plaza Mayor, destinada a acopiar y difundir contenidos pertenecientes a las disciplinas de la salud y la conducta que dan sustancia a la gerontología, una ciencia que estudia el proceso de crecimiento, maduración y envejecimiento saludables. El título de la serie corresponde al árbol de la América tropical del mismo nombre, que desde antaño forma parte de recursos culturales asociados con la longevidad, la robustez, la profundidad del sostén y el don de la sombra. José m. umpierre es doctor en psicología e iniciador de la primera cátedra de geropsicología en el país. Es profesor en el Programa de Gerontología del Departamento de Desarrollo Humano del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
| | Mundo literario | Acontecimientos literarios trascendentes ocurridos en el mundo durante el mes de abril:
4 de abril: -Inicia en la Universidad de Granada, España, ciclo dedicado a la obra en español de importantes escritores marroquíes. -La novela Furia del discurso humano, del escritor cubano Miguel Correa Mujica, es presentada en el Instituto de Escritores Latinoamericanos, en Nueva York. 5 de abril: -Comienza en la Universidad de Sonora, México, Foro Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura, con la presencia de especialistas de México y Estados Unidos. 6 de abril: -Conmemoran los 60 años de la primera edición de El Principito, la universal obra de Antoine de Saint-Exupéry y el mayor best seller de Francia. -Entregan en La Habana el Premio Abril 2005, de literatura para niños y jóvenes, a los libros Vuelo crecido de Jorge Luis Peña Reyes, y Cartas de un buzón enamorado, de Mildre Hernández Ramos. 11 de abril: -El escritor Joan-Daniel Bezsonoff, de la región francesa del Rosellón, gana el Premio Crexells de novela catalana por su obra "Las amnesias de Dios". 13 de abril: -Realizan homenajes internacionales a Samuel Beckett, Premio Nobel de Literatura en 1969, para conmemorar el centenario de su natalicio. »Sigue |
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| En el tintero | Días invisibles* Alberto Garrandés
El caballero, la muerte y el diablo (1513)
El reloj digital marcaba en verde las nueve y algo, y un fragmento de sol se asomó por debajo de la puerta. De algún modo ella sabía que yo no tenía mujer y que nadie me esperaba, salvo una habitación vacía en la casa de mi hermana, a unas cuadras del paradero de la Víbora. Algo de esa simple verdad se me había salido por los ojos y ella lo notó. Ahora dormía a mi lado como una piedra, la boca entreabierta, destapada, muy desnuda. El mulato estaba del otro lado de la cama, con su gran pene incircunciso al descubierto. La pared del frente mostraba una de esas abstracciones de hospital y posada, hechas sobre cartón, con pintura industrial, y enmarcadas de modo barato. Representaba las abstracciones que un viejo profesor universitario me había enseñado a distinguir de las otras, las verdaderas, durante repasos interminables en un silencioso salón de la Facultad de Artes y Letras, allá por los primeros años ochenta, con diapositivas espléndidas que venían de los museos y pinacotecas del mundo socialista. Me levanté y encendí la luz de la mesa. El resplandor le dio a él en la cara e hizo una mueca. Abrió los ojos. --Qué clase de afrodisíaco es el maní --dijo entre bostezos. Y reparó en su pene, que se le había inflado un poco. --No te preocupes, han de ser las ganas de orinar --le dije para que no se hiciera ilusiones de proseguir. Se levantó. Era delgado y ahora sí estaba terriblemente excitado. --¿Ya te vas? --Y rápido. Ni loco me quedo aquí un minuto más --dije. --No hay que arrepentirse. --Fin de la conversación, ¿está bien? Ella se volvía una fiera gozando con las penetraciones dobles. El mulato era un experto en aquello. --La voy a despertar, a lo mejor quiere un poco más de esto --dijo mientras jugaba con su dilatado prepucio. El mulato, al ver que yo demoraba vistiéndome, se apresuró a atraer mi atención. Quiso despertar a la cuarentona de manera alegre, y como su posición se lo permitía empezó a introducir su miembro no sé en cuál de los agujeros. --La puta está rendida. El acto lo hacía feliz, evidentemente, y hasta yo, que no me hallaba bien (tengo un estómago débil), conseguí una furtiva erección. Me puse los zapatos y la camisa. --Me voy --anuncié sin moverme. El mulato sacó su herramienta y soltó su semen sobre los muslos de la vendedora. Inmediatamente después intentó entrar en la boca filosa de la mujer. Yo iba a abrir ya la puerta. --Oye, mi hermano. Me detuve en seco y me volví al escucharle decir aquello: mi hermano. No me gustaba. Su miembro era ya una cosa pendiente y cubierta, pero como el de Hombre en traje de poliéster, de Mapplethorpe. --Dime, que me voy. El mulato abrió los ojos: --Esta tipa está muerta. »Sigue __________ *Fragmento de la novela Días invisibles, de Alberto Garrandés, Premio de Novela Plaza Mayor 2006.
| | Presentaciones | Una ética vital* Milagros Acevedo Esto es una celebración. Hoy conmemoramos el Día de la Liberación de Milagros Acevedo Cruz. Ya les explicaré por qué. Antes, y para festejar con propiedad y corrección, tengo que empezar agradeciendo este logro.
Tengo que dar las gracias a mi familia, especialmente mi padre y mi madre, porque todavía continúan educándome. Mi familia, toda ella, fue el sostén primordial durante toda esta aventura, particularmente, mi adorado hijo, que está en Boston, estudiando y haciéndome orgullosa.
Gracias a mis estudiantes, pasados y presentes, amigos, amiga, compañeros en esta profesión comunicativa que amamos. Gracias a la gente chévere de la escuela de Comunicación, muy particularmente a colegas que me apoyaron y los empleados y empleadas no docentes, que alegran mis mañanas.
Gracias a amistades, especialmente a todas mis amigas, compañeras de faenas cotidianas, excelentes escuchadoras durante esos ratos frustrantes de sequedad creativa. Soy una de esas personas afortunada que disfruta la amistad genuina de un montón de mujeres que me acomodan la existencia de muchas maneras.
Agradezco también la ayuda y las risas con la gente de la editorial Plaza Mayor: a Patricia y nuestros almuerzos de 6 horas y por contestarme cientos de e-mail al segundo; a Félix, un editor inmejorable y respetuoso de ideas, y a Eva, por su fuerza y por el entusiasmo en su diseño. Doy también las gracias a Gigi, nuestra maestra de ceremonias, quien también leyó y corrigió el texto, poniendo especial cuidado en la parte en la cual ella es la experta.
»Sigue ___________ *Palabras de la autora en la presentación de su libro La ética mediática: muchas preguntas y algunas respuestas, San Juan, Puerto Rico, 6 de abril de 2006.
Una tradición ancestral* Jesús Dávila Este libro me ha escandalizado. Como si las muchas interrogantes planteadas por la doctora Acevedo no fuesen suficientes para quitar el sueño, me he desvelado mirando de frente incógnitas que había guardado por mucho tiempo. Así que en lugar de utilizar el tiempo con alabanzas -que la autora se ha ganado muy bien con su obra y su vida ejemplar- mejor lo aprovecho compartiendo aquí algunas de las preguntas sencillas que se despertaron en mí con la lectura de esta obra. La primera la descubrí revisando su bibliografía. De sus 86 fuentes, 31 son publicaciones de Estados Unidos, 23 de España, 3 de México, 1 de Argentina y dos del Vaticano. Las fuentes citadas del Internet, 19 en total, incluyen por lo menos 12 de habla inglesa. De Puerto Rico aparecen tres fuentes. De esas últimas, una es de comentarios sobre Eugenio María de Hostos y la otra es una obra de la propia autora. ¿Dónde está el debate puertorriqueño sobre la ética de las comunicaciones? Pues sencillamente no está. Me atrevo a plantear como posibilidad que no se trata de falta de dedicación de la autora, sino que no está porque no existe. El heroísmo de la doctora Acevedo al emprender, en la más absoluta soledad en este vecindario, la tarea de convocar a la discusión de sus tesis sobre el tema merece un mejor homenaje que el elogio florido. Ella nos ha hecho un regalo y está de los demás darnos por aludidos. La segunda pregunta es: ¿Cuál es la dimensión intelectual en la que vivimos los periodistas de Puerto Rico? La autora se atreve a describirla con bastante detalle y con la valentía que siempre le ha caracterizado. Para fines de lo limitado de esta ocasión, daré sólo algunas de las características que encontré en el libro. »Sigue __________ * Discurso en la presentación del libro de Milagros Acevedo Cruz La ética mediática: muchas preguntas y algunas respuestas. Para abrazar una ética de la comunicación* José Javier Pérez No es tarea fácil participar en la presentación de un libro sobre ética para comunicadores. El mero hecho de agarrar entre las manos un libro como este pudiera resultar intimidante. Primero, porque existe idea que el autor o la autora de un libro de ética te va a sermonear; y, segundo, por el mariposeo estomacal que se siente cuando uno está seguro de que lo van a confrontar y hacer ver que por años has estado haciendo mal ciertas cosas. Tengo que decir que Mila logra todo esto, pero lo hace sin intimidar. De hecho, como quien no quiere la cosa, te jamaquea las entrañas de forma entretenida: -Primero, te agarra de la mano y te da un paseo por el mundo filosófico de la ética. Así te da una trillita a través de las diversas teorías; -luego, te lanza a toda velocidad por la montaña ruda de los ejemplos: te eleva por la empinada jalda de los buenos modelos, y luego te suelta por la abrupta cuesta del careo contigo mismo presentando casos reales y recientes; -Y para aderezar el asunto, te reta con ejercicios para pensar y que, al final, podrían llevarnos a un proceso de conversión -no a los caminos del Señor, sino al sendero de la ética por el cual todos los comunicadores deberíamos haber comenzado a caminar hace tiempo. »Sigue __________ *Comentario leído en la presentación del libro La ética mediática: muchas preguntas y algunas respuestas, de Milagros Acevedo. 6 de abril, Casa Blanca, San Juan.
| | Fondo crítico | Habitar el tiempo: Una mujer y otras cuatro, de Mireya Robles, y la dimensión proustiana* Anna Diegel
"El poeta", escribió Fernando Pessoa, "no tiene biografía. Su obra es su biografía". El escritor, dice Pessoa, es un "fingidor" y para él, la vida es sólo un pretexto para la literatura, la cual transmuta los acontecimientos vividos a otra substancia. Una tal "autobiografía fingida" es la novela de Mireya Robles, Una mujer y otras cuatro. Esta novela describe, en primera persona, la infancia, la adolescencia y la juventud adulta de una mujer nacida en Cuba a mediados de los años 30 y, unos veinte años después, emigrada a los Estados Unidos. Esta obra trata, en la primera parte, de la alegría de una niña de gran sensibilidad afectiva y artística al descubrir el mundo y después, gradualmente, de su desilusión con la vida. El tema principal de la novela es el desamor, la infelicidad y las tribulaciones a las cuales están expuestos los homosexuales en un clima de estrechez de miras y de intolerancia. La novela provee un retrato de una geografía y de una época bien definidas. Pero sobre todo, y comprendiendo todos estos temas, Una mujer y otras cuatro trata del paso del tiempo y de su efecto sobre el crecimiento de un ser humano, y de la conciencia de la transitoriedad de la vida, que nos incita a agarrarnos al pasado. En este sentido, la novela de Robles se relaciona con la de Marcel Proust A la recherche du temps perdu -En busca del tiempo perdido. »Sigue _________ * Espéculo. Revista de estudios literarios. [En línea] Año X, No. 31: Universidad Complutense de Madrid, noviembre 2005 - febrero 2006. < http://www.ucm.es/info/especulo/numero 31/habitar.html > [Consulta: 20 de marzo de 2006]. Se reproduce por autorización y cortesía de su dirección editorial.
| | Comentarios | El lector
"Tendemos a minusvalorar a los lectores, a creer que quien lee literatura de consumo es incapaz de leer otro tipo de literatura. Hay lectores que leen consumo y otro tipo de literatura, que se curan de la una con la otra, por así decir, y que tocan de muchas cuerdas. Se puede gustar de lo distinto, y buena parte de los lectores que tendemos a ignorar gustan también de lo distinto, son capaces si nosotros somos capaces de interesarlos, de interesarse en lo que hacemos". (Carlos Marzal, escritor español). La literatura oral "La literatura oral, que abarca desde la India hasta Portugal y posteriormente hasta América, porque estos cuentos también llegaron allí, es la forma más perfecta de interculturalidad que ha habido; yo diría que la única, porque los cuentos tienen el mismo fondo narrativo y luego, en la adaptación a cada sitio, tienen su sabor propio. Ha sido el invento más perfecto. La bella y la bestia existe en todas las culturas. Lo mismo sucede con Blancaflor o el Gallo Kiriko. Están en todas las culturas mediterráneas y en cada sitio tienen sus tintes locales y particulares". (Antonio Rodríguez Almodóvar, escritor español). |
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| Abrapalabra |
En base a...
Ciertamente la locución en base a suele ser una de las más utilizadas de manera incorrecta cuando se dice, por ejemplo:
"En base a lo que has aprendido"... "Intentaban actuar por sorpresa en base a la información recibida"... La Real Academia recoge el sustantivo base como sinónimo de basa, un término del lenguaje arquitectónico que denomina el elemento de apoyo de una columna, pero indica evitar la locución en base a para significar "basándonos en", "sobre la base de", "por", o bien "en relación con". La expresión la base fundamental es redundante, dado que el sustantivo base ya encierra el significado de apoyo principal o fundamento. Así, pues: "Basándonos en lo que has aprendido"...
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