¿Buscas reunir una bibliografía decente de algún autor puertorriqueño de
finales del siglo XX? Este diccionario es una guía magnífica
para ello.
La
virtud bibliotecaria del amor a la clasificación y el orden de los libros se
debate con el vicio de estudiar a los mejores autores literarios de la
patria para dominar la persona y la pluma de Víctor Federico Torres, autor
del
Diccionario de autores puertorriqueños contemporáneos.
Víctor Federico, ante la imposibilidad de decidirse entre ambos
extremos, decide ser referencista y profesor de Estudios Hispánicos al mismo
tiempo, hecho que no le permite a ninguna de dichas especialidades
vanagloriarse de poseerlo por completo.
Liberado de ataduras ortodoxas y moldes demasiado prejuiciados, Torres
procede a compilar, para la Editorial Plaza Mayor el trabajo de los
escritores puertorriqueños dedicados a la creación literaria que han
publicado sus libros en las últimas décadas del siglo
XX
(1960-2000) según los dictámenes de su conciencia escindida, pero igualmente
equilibrada: serán los lectores los que, a partir de su escogido, juzguen
qué escoger. De un lado, incluye a los maestros del canon que hoy ostentan
el poder de la fama transisleña traducida en ventas (Magali García Ramis,
Edgardo Rodríguez Juliá, Ana Lidia Vega, Mayra Montero, Luis López Nieves,
Rosario Ferré), y, de otro, a los menos conocidos o menos circulados más
allá del público de culto (Pedro Cabiya, Noel Luna, Néstor Barreto, José
Liboy, Eduardo Lalo, Aurea María Sotomayor).
El diccionario contiene una nota biográfica relevante de cada autor, sin
nimiedades, pero repletas de curiosidades chéveres relacionadas con sus
vidas enredadas. Además, un listado en orden cronológico de las
publicaciones de cada uno y una bibliografía secundaria muy completa de los
comentarios de cada texto que se han hecho en libros, revistas y periódicos,
locales e internacionales. El resultado de dicho mosaico referencial es
impresionante: antes de este libro de Víctor Federico, que se hace en
homenaje y continuación del Diccionario de literatura puertorriqueña
de Josefina Rivera de Álvarez, existía la excusa barata de que aquí es
imposible encontrar (¿dónde?) algo bueno que se haya publicado después de la
década de los sesenta. Ahora, en el tiempo post Víctor Federico, ay de aquél
que alegue que no halla qué leer que valga la pena o, peor aún, que no puede
seguir ni un rastro de las discusiones literarias más importantes de la
época.
La súper tarea semisilenciosa y puntillosa de Torres
no sólo significa un acto de generosidad enorme al regalarles a los lectores
un corpus decente y sesudo de la producción literaria nacional de los años
pasados, sino que constituye una pieza guía, una especia de brújula, un
aparato estimulante, para explorar los caminos de la escritura que se está
gestando ahora y que permanecen aún inexplorados por la tríada emplazada por
el estudio de Víctor Federico: escritores, lectores y críticos.
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*Revista Diálogo (Septiembre 2009). El autor es periodista y abogado.
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